Siempre me cuestioné todo. Me educaron en una familia católica de clase media  en Argentina y desde que recuerdo, mis días estuvieron cargados de mucha acción. Al igual que los niños actuales que entran al colegio a la mañana y no se desocupan hasta casi la hora de la cena, me preguntaba cuál era el sentido de todo aquello que supuestamente debía hacer. Y  ni mis padres ni las mojas del colegio me pudieron responder.

Yo no entendía bien cuál era la razón por la que pasaba esto. Si hasta me regañaban cuando hacía muchos cuestionamientos.  ¿Era muy curiosa? . ¿Era muy compleja? .

Para nada. Ahora que tengo 34 años me doy cuenta que mis bisabuel@s,  abuel@s, padres y maestr@s, nunca se preguntaron cuál era  el sentido de todo lo que hacían. Y analizándolo en retrospectiva, siento mucha compasión. ¿Por ellos? Sí…pero principalmente por mí. Paso a explicarme.

Cuando comprendí «las historias»

Saber que en «aquél tiempo»  no había «mucho tiempo» para pensar y elegir con el corazón, es triste. La gente nacía rodeada de cierto contexto (familia, situación socio económica, país, religión, etc.) y a partir de ese momento, «casi» tenía la vida predeterminada.

Digo «casi» porque no todos siguieron el mandato. Algun@s   lograron escapar. A principio  del Siglo pasado comenzaron a salir a la luz a nivel mundial algun@s   como Tesla, Einstein, Mahatma Gandhi, Marie Curie, Madre Teresa, Eva Perón…y siguieron much@s  más.

El asunto es que: los supuestos «libres»  que logramos escapar,¿qué estamos haciendo ahora?. ¿Nos seguimos preguntando?. Y si la realidad no es lo que esperábamos, ¿nos seguimos quejando?.

¿Estamos despiertos si seguimos cuestionándonos el orden establecido?.

Para aclarar mis dudas y ponerle más luz a mi actual crisis existencial, me dirigí  a mi tío…Google. Y allí, «navegando en ese océano infinito de información , encontré que según  el  Diccionario de la Real Academia Española, «despertar»  proviene de despierto que a su vez procede del latín vulgar: expergitare. No os voy a complicar con demasiadas reglas, pero para que se entienda, expergitare denota a una acción que se reitera: es como decir experiencia.

Entonces, construyendo una regla de tres simple: Si despertar  viene de expergitare y ésta denota una acción que se reitera y te lleva a la experiencia, entonces:

¿Qué significa estar despiert@s? Para mi estar despiertos significa accionar. ACTUAR.  Pero no haciendo por «hacer».

«Estar despiertos» sería actuar a partir de nuestras experiencias. ¿Y cómo lograríamos eso?

Pues creo se puede comenzar analizando la propia historia familiar. Si observamos a nuestros antepasados, veremos que muchas historias de vida se repitieron y eso nos da una pauta para poder SANARLAS Y TRANSFORMARLAS (primeras acciones).

Por otro lado, al estudiar la vida de nuestros ancestros, podremos comprender porqué actuaron de determinada manera en ciertas ocasiones. Y esto nos llevará a otra acción que es completamente transformadora y es EL PERDÓN.

Entonces , volviendo al inicio de este texto: ¿Por qué las personalidad citadas anteriormente estaban despiertos?

PORQUE  ACTUARON.

SANARON, TRANSFORMARON Y PERDONARON.

SANARON SU HISTORIA, SU AUTOESTIMA.

TRANSFORMARON SU INTERIOR Y ASÍ LOGRARON  TENER CLARO SU SUEÑO AL QUE CONVIRTIERON EN PROPÓSITO DE SUS VIDAS.

PERDONARON. PERDONARON A SUS PADRES, A SU HISTORIA, SE PERDONARON A ELL@S  MISM@S…SE ACEPTARON  TAL  Y CUAL ERAN.

Y LUCHARON. Lucharon pese al miedo,  las dudas, el qué dirán, la pobreza,  la riqueza, a la guerra, el hambre, el odio , las habladurías  y condenas hacia ellos.

Y ASÍ PASARON A LA HISTORIA.

En esta madrugada de domingo de San Juan, llego a la reflexión de que la única forma de despertar es ACTUAR.

El  «SER CONSCIENTE» y «DESPERTAR» trae aparejada la «ACCIÓN» y así, una vez más, tod@s terminamos siendo responsables de nuestro presente y de nuestro futuro.

Para terminar, me gustaría compartir una frase que ya es muy conocida, pero  que describe perfectamente el estado de «iluminación»:

«Siembra una idea y surgirá un deseo; Para cumplir ese deseo, pon en marcha una acción; A partir de esa acción,   cosecharás un hábito; Los hábitos  determinarán tu  carácter y, este último, definirá tu  destino».

William James

Luz, cámara…

ACCIÓN!

Que empiece la vida…consciente y despierta.

 

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Hasta la próxima. Muchas bendiciones para ustedes! Namaste!

Ser feliz, alcanzar la felicidad, vivir una vida plena, llena de felicidad, con las personas a las que amas y en plena abundancia, salud y prosperidad.
¿Quien no anhela una vida así?

¿Es la felicidad un valor/estado que se debe alcanzar?

Justamente ahí radica uno de los muchos y reparables errores de los seres humanos. Perseguimos lo que no tenemos y confiamos que al alcanzarlo seremos felices. Una vez alcanzado, otra vez a empezar con otro reto.

Es frustrante.

Lo verdaderamente importante de la vida para ser felices, es conocer quienes somos en realidad. ¿Soy mis pensamientos? ¿Mi mente? ¿Mi cuerpo?

Desde el punto de vista de EmprendemosOm (transcendentalismo) creemos que somos un ser divino, unido con todos los seres que existen y con Dios – Universo (la divinidad, la fuente, el Tao…) Nuestra felicidad debe de ser interna, sin motivo, solo porque estoy aquí ahora existiendo.
Permite que el amor y la paz universal que, tal como enseña Un Curso de Milagros, te llene plenamente y te inunde desde lo más profundo y puedas sentir esa permanencia al todo, y simplemente ser feliz ahora solo porque naciste con ese don. El don de ser feliz. ¿Conoces algún bebé triste?

Al alcanzar este estado de felicidad natural, simplemente respirando y llenándote de felicidad y amor, es cuando de forma natural se cumplen muchos de los sueños que tenemos en la vida.

Tal como dice nuestro querido Lain García en este vídeo que te compartimos y te animamos a aceptar el reto:

 

 

 

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La abundancia es el don legítimo que el infinito universo nos ha dado por herencia. Obtenerla es un derecho de conciencia y una virtud humana.

El problema de la humanidad a lo largo de la historia, es que hemos entendio la abundancia como la cantidad de posesiones y dinero que se tiene y, si bien es una parte importante, no es el todo. Antes de poder contener la abundancia material, es necesario tener un buen recipiente. Antes de trabajar para la abundancia económica, es necesario trabajar para un recipiente fuerte, limpio, honrado, sin apego, espiritual… ya que sino, se corre el riesgo de conseguir todo lo contrario a lo que se desea.

Dicho esto, vamos a tratar el tema del deseo de abundancia que casi todo el mundo tiene.

Mucho del material que he leído acerca de la capacidad que los seres humanos tenemos de atraer aquello que pulula por nuestros pensamientos dominantes, o lo que se ha venido en llamar  «la Ley de la Atracción» enseña que esta ley está basada en el deseo. Muchos dicen que un pensamiento que conlleva un fuerte deseo se convierte en un imán que atrae al objeto del deseo.

¿Lo has oído /leído alguna vez? Seguro que sí.

Sin embargo…

El deseo aleja tu abundancia.

Photo by Olivier Guillard on Unsplash

Y si no, explícame esto: Todo el mundo desea tener el suficiente dinero para vivir bien y si es posible muy bien. Todo el mundo lo desea y mucho. Si el deseo fuera el núcleo de la Ley, esta se cumpliría en la mayoría de las personas. Pero no es así. La mayoría de las personas sobreviven con lo justo. Si el deseo fuera la clave, todo el mundo sería rico, porque todas las personas que yo conozco desean ser ricas o al menos tener abundancia.

Categóricamente te diré, que no puedes atraer nada que desees.

Cuando deseamos algo, lo hacemos desde la perspectiva de la carencia de aquello que deseamos. Notamos que nos falta dinero, salud o amor y lo deseamos. Intensamente incluso… pero desde la mente, desde la emoción que siente su ausencia.

Este estado es el que predomina en nuestro subconsciente, “estado de carencia” y por lo tanto nuestra energía vibra en ese tono y supongo que sabes que los tonos armónicos intercambian sus vibraciones, que trasladado al mundo dual en el que nos movemos, significa que

Nuestro estado mental de carencia, atrae una realidad de carencia.

También hay que decir que no se puede atraer conscientemente aquello que se desea, porque la ley de la atracción consciente funciona desde la convicción de que aquello que se deseaba en el pasado ya se tiene en el presente.

Esto es muy, pero que muy difícil de creer. Uno puede decirse “soy rico” o “estoy sano” mil veces, pero si la evidencia es otra, va a ser muy difícil que el subconsciente se lo crea. ¿Me sigues?

Te comparto brevemente estos conceptos, para que no te frustres si llevas 30 años deseando algo que no acaba de llegar y estás a punto de rendirte.

Por eso mucha gente dice «es mejor que no tengas sueños» porque han experimentado primero frustración año tras año y segundo que al dejar de desear han tenido «la suerte» de que algunos sueños se han cumplido.

El éxito de la Ley de la Atracción consiste en visualizar el momento en el que estamos disfrutando aquello que nos gustaría tener (En lugar de desear que llegue), a la par que se establece un plan viable, creíble para nosotros mismos, de cómo vamos a hacer para llegar hasta ahí.

Es decir, doy gracias por lo que ahora estoy haciendo.  (Regla número 1).

No estoy apegado, apegada a ningún resultado (Regla número 2)

Me visualizo y siento la sensación de estar en ese lugar, situación momento, compañía que quiero tener. (Regla número 3)

Trazo un plan viable, realista y creíble para mí, para alcanzar aquello que sueño.

La madre de todas las reglas 🙂

No es mi intención escribir un tratado sobre la Ley de la Atracción, pero te animo a que vivas tu presente con gratitud, enfocándote en las cosas que sí tienes ahora dando gracias de corazón e imaginarte dentro de dos tres años (o el tiempo que creas necesario) disfrutando de aquello que deseas.

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